¿Cómo brindar apoyo y orientación a la víctima?

Para que las niñas, niños o adolescentes que han sido víctimas de violencia sexual puedan sobrellevar la experiencia, sus sentimientos y temores deben ser reconocidos. Debemos:

Estar pendientes de aquello que deseen expresar, ya sean sus emociones o los hechos ocurridos.

Creerles, así sus relatos nos suenen improbables.

Evitar confrontarlos con el abusador y que cuenten una y otra vez lo ocurrido.

Si es necesario, informar al colegio o llevarlos a los servicios de salud para que, de esta manera, las instituciones responsables activen la ruta de atención.

Es común que después de haber hablado de lo que les está pasando, se retracten por miedo a las consecuencias que esto pueda tener para ellos, sus familias y hasta para el explotador; por esto es esencial que, cuando nos hablen de lo que les está pasando, tengamos cuidado de no hacerles sentir que son responsables de lo sucedido o que son malas personas.

Nuestro apoyo debe estar orientado a entender la situación para ayudarles a salir adelante; los regaños y reproches no son oportunos y solo romperán la confianza y la comunicación, aspectos fundamentales en situaciones como estas.

Es de gran ayuda validar y ayudarlos a reconocer que sentimientos como el miedo y la vergüenza son esperables en su situación, ya que han sido engañados y manipulados por alguien en quien confiaban.

Aunque algunas niñas, niños y adolescentes pueden no reconocer que necesitan ayuda pues creen que controlan la situación es necesario que les hagamos saber que siempre estaremos disponibles para ayudarles y aclarar las dudas que puedan tener.